La lucha sigue

Hola a todos. Lo primero que toca es disculparme por no haber publicado ninguna entrada nueva en unos días. La culpa la tiene la procrastinización.
Pero no todo ha sido vagancia: también he hecho algo de investigación. He leído varios artículos referentes al cáncer y he seleccionado algunos para traducción, en lo que ya estoy trabajando. Es una pena que los traductores automáticos de internet sean una caca, porque si no, todo iría más rápido.

En fin, hoy sólo toca reflexión a nivel muy personal.
Hace dos días murió la madre de una amiga a la que quiero y admiro mucho ( y a la que quizás nunca he llegado a decírselo). Su madre, un encanto de mujer, murió de cáncer (no tengo más detalles por ahora pues aún no hablé con mi amiga) tras un año de lucha. Otro amigo me contaba ayer la noticia. Éste también me comentó que el padre de uno de mis mejores amigos también morirá pronto. De este señor sí os puedo, y quiero, contar algo más:
He conocido a poca gente más testaruda y perseverante que él. Le conozco desde que yo tenía 11 años. Hace 10 - creo- le diagnosticaron un cáncer de laringe y ahí comenzó su lucha contra la enfermedad. De los primeros 7 años sé poco porque mi amigo y yo habíamos perdido el contacto. El tratamiento fue bien y estuvo libre de cáncer todo ese tiempo.
En 2007, yo volví a pasar más de un año en España. Recuperada la amistad, me enteré que el cáncer de laringe había vuelto y que habría que operar. Una laringectomía total le dejaba sin habla, pero con las mismas ganas de hacer una vida tan normal como fuese posible. La quimio le sentaba bien y se las compuso para reintroducir las comidas sibaritas en su dieta (es un verdadero gourmet). Jubilado ya, los paseos con su perro y los puzzles de miles de piezas completaban sus días.
Meses después, la operación, quimio y radio no habían logrado impedir una metástasis a todo el cuerpo, pero ahí estaba él para tolerar la quimio como un campeón y convertirla en su mejor aliado para mantener la metástasis a raya con sesiones periódicas.
Recuerdo bromear con su hijo diciéndole que a ese hombre sólo se lo cargaría una teja que le cayese en la cabeza... Pero el cáncer es un enemigo peligroso que utiliza las mejores cualidades de nuestro cuerpo en contra nuestra cuando menos lo esperamos y también se llevará a algunos testarudos.
Y es por eso que debemos hacer lo imposible (alguien dijo que 'imposible' es sólo una opinión y yo creo que los avances científicos le dan la razón) por resolver todas las incógnitas y encontrar soluciones. Estamos perdiendo soldados, pero tenemos que ganar la guerra. No hay otra opción.
También ayer (vaya día que corté), otra muy querida amiga me dejó saber que ella NUNCA leerá este blog. Ella no quiere hablar de cáncer; no quiere ni pensar en ello. Al colgar el teléfono, me puse a llorar de rabia. ¿Cómo puede la gente dar la espalda a un enemigo a las puertas? Pero no es la única: de todos los amigos y familiares españoles a los que invité a la inauguración de este blog, sólo un par contestaron a mi email y me dejaron saber que lo siguen. ¿Dónde está el apoyo del resto? Debo pecar de inocente porque lo esperaba incondicional...
Lo más triste es darse cuenta que lo único que merece la pena saberse del último año de mi vida tiene que ver con el cáncer y cómo combatirlo. ¿De qué voy yo a hablar con estos amigos míos cuando vaya a casa de vacaciones en un par de semanas? ¿Tendré que escuchar sus novedades y callarme las mías para no incomodarles?
''Divide y vencerás''. El cáncer lo sabe bien y por eso, a día de hoy,  sigue ganando. Corta lazos de amistad y levanta muros de miedo, dolor e ignorancia. Se oculta tras ellos y sigue avanzando sin dar tregua.
Hoy , en fin, vine a contaros que estoy cansada, decepcionada y muy triste... pero la lucha sigue y necesitamos reemplazar a los que se van quedando en el camino. Se lo debemos.